Estabilidad y derechos garantizados: dos ases en la administración de ENATREL

“En mi primer año en la empresa cometí un error, en una operación solicitada por el despacho (Despacho de Carga), no cerré bien un seccionador, lo que provocó un disturbio en la subestación; mis pensamientos fueron en primer lugar que el equipo no tuviera daño, porque de lo contrario cuanto tiempo me iba a tocar pagarlo, y segundo, una equivocación de tal magnitud arriesgaba mi permanencia, y este trabajo, por el que tanto había luchado y pedido a Dios”, relata la Cra. Ivette Barberena, Operadora de la Subestación Batahola, quien tiene cuatro años de trabajar en ENATREL y su experiencia es símbolo de estabilidad laboral en esta entidad gubernamental.

Muchos de los colaboradores han contribuido con toda su experiencia, es decir, una vida dedicada al sector eléctrico; un trabajador puede desarrollarse ampliamente en cualquiera de las áreas, ya sea en un puesto administrativo o meramente técnico, aquí las habilidades empíricas adquiridas a base de esfuerzo en el campo laboral o lo aprendido en las aulas de clase, se van moldeando hasta llegar al objetivo final, que es servirle al pueblo, transportando energía eléctrica con calidad y ahora iluminando hogares a nivel nacional.

Al concluir el 2007, año en el que asumió el Gobierno el Comandante Daniel Ortega Saavedra, la fuerza laboral de la institución era representada por 587 compañer@s, de los cuales 137 eran mujeres, dedicadas en su mayoría a labores administrativas. En ese entonces la crisis energética estaba en su apogeo, sumado a esto el Sistema Nacional de Transmisión (SNT) era obsoleto, “basta con recordar que atender una emergencia en lugares distantes de la capital tardaba horas y hasta días; pero, con determinación y siguiendo uno de los principales mandatos del Cro. Presidente, se empezó la ardua tarea de fortalecer el Interconectado Nacional con miras a llevar la energía a tod@s l@s nicaragüenses, pues en ese entonces menos del 60% de la población contaba con electricidad en sus hogares”, recuerda el Cro. Salvador Mansell Castrillo, Presidente Ejecutivo de la empresa.

El aumento de tareas y funciones generado por la meta propuesta, se tradujo en la inserción de nuevo personal; hoy en día, 1,363 compañer@s aúnan esfuerzos para servir a la población. Y el número de mujeres se ha duplicado, 347 compañeras han tenido la oportunidad de demostrar sus habilidades, se abrieron plazas para operadoras eléctricas, un puesto que tradicionalmente fue ocupado por hombres, también hay más ingenieras al frente de proyectos de expansión del SNT. Y es que la igualdad de género ha sido un denominador común del Gobierno Sandinista; 4 cargos del Consejo de Dirección están al mando de compañeras en áreas medulares como Administración, Gerencia de Ingeniería y Proyectos, Recursos Humanos y Relaciones Públicas, de igual manera un sinnúmero de departamentos y oficinas, cumpliéndose así que el 50% de los cargos directivos sean ocupados por mujeres.

En las áreas operativas es donde más se ha visto el incremento de colaboradores. Cuando ENATREL asumió la importante labor de electrificar Nicaragua, se contrataron nuevos linieros, con la peculiaridad que en el país no existe un lugar donde se forme a este tipo de trabajadores, por lo cual esta entidad pública se viene a convertir en una escuela de formación. La Cra. Karla Pastora, Jefa de Recursos Humanos, explica que se imparten una serie de capacitaciones para insertarlos a labores tanto de instalación de redes de distribución como de mantenimiento de líneas de transmisión, “incluso hemos ido un paso más allá y en alianza con el INATEC (Tecnológico Nacional) los certificamos y les entregamos un título con el cual se reconocen sus conocimientos”.

Y es que la capacitación constante es uno de los pilares fundamentales, ya sea a través de cursos ofrecidos por el INATEC, donde la empresa se destaca como una de las instituciones que más envía personal; también en el apoyo para la obtención de becas universitarias, una actividad que se ha realizado en coordinación con los sindicatos. “Teníamos compañeros que por circunstancias de la vida no habían concluido su primaria y secundaria, por lo cual promovimos el Programa Yo Si Puedo, y en un censo de escolaridad que realizamos hace poco descubrimos que todavía queda un porcentaje pequeño de quienes no saben leer ni escribir, por lo cual comenzó una segunda etapa de alfabetización”, indica la Cra. Pastora. Un elemento importante es la firma de dos convenios con la Universidad La Salle, de León, y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI); muestras firmes de la preocupación por el desarrollo profesional.

Además se cuenta con un convenio colectivo, donde 44 cláusulas son de beneficio socioeconómico, entre los que destacan el bono alimenticio, entrega de uniformes así como materiales de protección, y uno de los más importantes el respeto al pago de viáticos y horas extras. “ENATREL por su naturaleza de servicio continuo demanda jornadas extraordinarias de trabajo”, comenta la Cra. Pastora.

A cuatro años de aquella experiencia, Ivette sonríe con satisfacción al pensar que su futuro y el de su hijo están asegurados, “pues en esta empresa hay estabilidad laboral, miro el caso de quienes sirvieron por casi cuarenta años a este sector, y yo, si Dios me lo permite, creceré aquí porque las oportunidades son para tod@s”, concluye.

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